domingo, 31 de marzo de 2013

"LOS ENERGÉTICOS EN EL SIGLO XX"


"LOS ENERGÉTICOS EN EL SIGLO XX"



En el comienzo de la historia, estaban las guerras por los recursos energéticos. Toda la historia escrita de la humanidad podría releerse geopolíticamente bajo el criterio conceptual que las naciones, los pueblos, las comunidades, los Estados, los imperios han luchado por acceder y dominar determinados recursos que suministran la energía necesaria para su supervivencia y su continuidad como actores políticos viables. 

Si en algún momento de la historia, los conflictos y las estrategias fueron diseñadas y ejecutadas para satisfacer intereses y motivaciones de gloria o de dominación territorial, para conquistar espacios o reescribir el mapa de las fronteras, en la modernidad y en la post modernidad, el complejo juego de la redistribución de las hegemonías, el nuevo orden global emergente y la tendencia fundamental de los conflictos en el siglo xxi es la lucha por los recursos energéticos.

Las guerras por el dominio territorial y por la definición de fronteras -que caracterizaron al siglo xix- fueron sustituidas por guerras de dominio territorial sobre espacios que contaban con recursos energéticos escasos y estratégicamente necesarios. En el siglo xxi hemos entrado a la época de las guerras ecológicas y de las guerras energéticas, conflictos activados y agudizados para la necesidad creciente de control y por la lucha competitiva por acceder a sectores del planeta que disponen dee recursos energéticos definidos como estratégicos 

El proceso industrial de exploración, explotación, refinación y distribución de los recursos energéticos (carbón durante los siglos xix y xx, petróleo, gas, nuclear, recursos hídricos…) puede constituirse en el eje articulador de comprensión del comportamiento de los Estados, las corporaciones y demás actores sociales, estratégicos y políticos y de la aplicación de estrategias de hegemonía a lo largo de los siglos recientes.

Puede construirse la hipótesis geopolítica que los Estados y las corporaciones en la escena internacional, se han guiado, entre otros intereses esenciales por el objetivo estratégico (y luego diplomatico), de aproximarse al acceso, control, dominio, propiedad y/o hegemoníasobre las fuentes de recursos energéticos esenciales para el suministro de sus industrias y actividades económicas en general.

El renovado interés de la reflexión geopolítica por la cuestión energética encuentra su razón de ser en la crisis contemporánea de escasez cada vez mayor de los recursos que constituyen la matriz energética de la economía global: en particular, los combustibles fósiles (petróleo y gas natural).

Se trata de una cuestión a la vez geopolítica (acceso y dominio) y geoeconómica (permanencia y seguridad de suministros): mientras mayor sea la incertidumbre originada en la creciente escasez de petróleo y en la lentitud del proceso de cambio de la matriz energética dominante, la lucha hegemónica por el control de esos recursos se hará cada vez más aguda. 

Si el orden global se encuentra en proceso de redistribución de las hegemonías, pasando desde un orden unipolar (propio de la fase de fines del siglo xx) a un orden planetario multipolar (emergente desde 1989 y el 11-S hasta el presente), producto del surgimiento progresivo de nuevas potencias al rango de potencias mundiales, a un orden multipolar, la redistribución de las hegemonías afecta también al orden energético mundial, donde el acceso a las principales fuentes de energía comienza a ser disputado de un modo cada vez más intenso y agudo entre las potencias. 

Paralelo al orden político y geopolítico global, e inserto en éste, existe un orden energético global, es decir, un dispositivo estructrural de distribución de las hegemonías dentro del conjunto de las fuentes energéticas, esquema que es proporcional al poder, hegemonía y dominio que cada actor internacional posee sobre dichas fuentes.

Cada nación, cada estado, cada potencia procura en este contexto, alcanzar el mayor y más seguro acceso a las fuentes energeticas, ya sea garantizándose el acceso desde su condición de potencia suministradora, o desde los niveles distintos de dependencia que cada actor tiene respecto de las fuentes de suministro. La asimetría fundamental que estructura el orden energético global, es la distinción entre naciones suministradoras y naciones importadoras o Estados-clientes, respecto de los recursos energéticos actualmente disponibles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario